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Nadie va, ni vuela a Durango

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Nadie va, ni vuela a Durango

Nadie va, ni vuela a Durango

VÍCTOR MONTENEGRO

Por décadas, Durango ha sido una joya oculta en el norte del país: montañas majestuosas, historia revolucionaria, arquitectura colonial, cine, gastronomía serrana, y un pueblo que conserva su identidad tan auténtica como generosa. No obstante, parece que seguimos condenados a vivir bajo la profecía del olvido encapsulada en aquella frase que, con punzante ironía, se convirtió en la canción de Jaime López: “Nadie va a Durango”.

El problema jamás ha sido que no existan razones para venir, porque las hay y de sobra. El verdadero obstáculo ha sido, y sigue siendo, la desconexión. La conectividad aérea de Durango es, por decir lo menos, limitada. Y esto no es solo una barrera para el turismo, sino además un freno para el desarrollo económico, para el intercambio académico, para la cultura, los negocios y hasta para el orgullo regional.

Pese a contar con un aeropuerto recién renovado -en el que se invirtieron 200 millones de pesos y que ahora puede recibir hasta 760 mil pasajeros al año-, el número de vuelos directos disponibles es ridículamente restringido. Ciudad de México, Tijuana, Dallas y Chicago son los únicos destinos directos disponibles en este momento. Se había logrado una ruta a Guadalajara. Se perdió. Se intentó con Monterrey. También fracasó.

Sin embargo la falta de conectividad no es producto del azar, sino del resultado de una ausencia histórica de visión y voluntad política para convertir a Durango en un destino competitivo. Y es que desde hace varios sexenios, administración tras administración gubernamental se repite el mismo patrón: declaraciones tibias, estrategias improvisadas y promesas que se van, como los vuelos, sin regreso.

El anuncio más reciente de la Secretaría de Turismo del Estado confirma que no habrá nuevas rutas aéreas en lo que resta del 2025. A ver si en 2026. La autoridad culpa a las aerolíneas por no tener aviones disponibles; empero, la realidad podría ser que las compañías aéreas no encuentren que la plaza sea rentable ante la baja afluencia de pasajeros.

Al final y como siempre, Durango es de los últimos en la fila para aspirar a una ruta aérea. Mientras tanto, otros estados del norte tienen asegurada la conectividad no solo por su vocación turística, sino además por su proyección empresarial, industrial y cultural. Sobre todo con gestiones comprometidas, promocionando atractivos y generando derrama económica, y no necesariamente con destinos de playa.

Durango no puede seguir dependiendo solo del turismo de nostalgia, de quienes vienen por raíces familiares o compromisos inevitables. Debemos romper con esa narrativa de que aquí no pasa nada; de que nadie quiere venir. Lo que hace falta es que quienes tienen la responsabilidad de promover al estado -desde el Gobierno hasta los empresarios del sector turístico- actúen con la convicción de que este destino sí puede competir.

EN LA BALANZA.- En un contexto electoral cada vez más polarizado, como el que se vive en la capital de Durango entre los principales contendientes a la alcaldía, la activación de la Red Rompe el Miedo para las y los periodistas es una señal de alerta que no debe tomarse a la ligera. La crispación política no solo amenaza con contaminar el proceso democrático, sino que también pone en riesgo la labor periodística, piedra angular de una elección libre y transparente. En medio de discursos estigmatizantes y estrategias agresivas, es fundamental que tanto autoridades como partidos garanticen condiciones de seguridad y respeto para quienes informan. Silenciar a la prensa es silenciar a la ciudadanía.CERROS SECOS Y PELONES… En tiempos donde las redes sociales suelen llenarse de banalidades, la campaña que Fernando García y Saida González han lanzado desde Gómez Palacio y a través TikTok es un poderoso recordatorio de que la inclusión aún es una deuda pendiente en nuestras ciudades. Su protesta pacífica, creativa y profundamente humana visibiliza con valentía cómo el espacio público sigue ignorando las necesidades de las personas con discapacidad. No piden privilegios, exigen respeto. Y lo hacen desde la dignidad y la acción, demostrando que la empatía también puede viralizarse.

X: @Vic_Montenegro

Escrito en: Opinión EDITORIALES Durango, sino, solo, conectividad

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